El genial y marrano (que no judío), Quevedo.



POEMA AL PEDO

Alguien me pregunto un día
¿Qué es un pedo?
y yo le conteste muy quedo:
el pedo es un pedo,
con cuerpo de aire y corazón de viento.



El pedo es como un alma en pena
que a veces sopla, que a veces truena;
es como el agua que se desliza
con mucha fuerza, con mucha prisa.


El pedo es como la nube que va volando
y por donde pasa va fumigando,
el pedo es vida, el pedo es muerte
y tiene algo que nos divierte.


El pedo gime, el pedo llora
el pedo es aire, el pedo es ruido
y a veces sale por un descuido
el pedo es fuerte, es imponente
pues se los tira toda la gente.


En este mundo un pedo es vida,
porque hasta el Papa bien se lo tira.


Hay pedos cultos e ignorantes
los hay adultos, también infantes,
hay pedos gordos, hay pedos flacos,
según el diámetro de los tacos;
hay pedos tristes, los hay risueños
según el gusto que tiene el dueño.


Si un día algún pedo toca tu puerta
no se la cierres, déjala abierta;
deja que sople, deja que gire
a ver si hay alguien que lo respire.


También los pedos son educados
pues se los tiran los licenciados;
el pedo tiene algo monstruoso
pues si lo aguantas te lleva al pozo.

Este poema se ha terminado
con tanto pedo que me he tirado.

Francisco de Quevedo (1580-1645

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